Sin Kylian Mbappè no hay paraíso. El PSG lejos de mejorar en lo colectivo ha empeorado su manera de jugar y su nivel como equipo respecto al último de Mbappè y, sobre todo, desde aquel PSG de Messi, Neymar y Mbappè donde el tridente atómico caminaba mucho más que corría y se desentendía en defensa. No hay partitura y, ahora, tampoco hay estrellas. El fracaso del modelo de juego es evidente, también en el mercado de fichajes ya que son muchos los que han roto con el entrenador y están pidiendo irse.

El primero, Marco Asensio. Ousmane Dembèlè no quiere irse pero la ruptura con el entrenador ha provocado que uno y otro se hayan desconectado. El PSG quiere 20 millones por Asensio en un caso donde queda en evidencia que fuera del Real Madrid hace mucho frío. También del Barça ya que allí se aguantó todo y más a un Dembélé que nunca ha sido capaz de estar cerca de las expectativas y los objetivos marcados.  

La salida de Asensio se vería acompañada de la de Milan Skriniar, el central lo tiene ultimado con el Galatasaray, y la de Kolo Muani para dejar espacio a la llegada de nuevos fichajes y es que el técnico ha pedido un central, un extremo y un delantero centro. Tres titulares, menores de 25 años para seguir la estrategia del club, y con calidad diferencial para ser decisivos en un PSG que no encuentra su nivel en Champions y que con Luis Enrique está más cerca del show que del rendimiento.