Está absolutamente desatado. A un nivel estratosférico. Salah competirá por el Balón de Oro 2025 a poco que el Liverpool acumule títulos. Treinta goles y veintidós asistencias en treinta y nueve partidos jugados, este era el registro de Mo Salah finalizado febrero y a las puertas de los octavos de final de la Champions. Los suyos lideran la Premier League con once puntos, y un partido más, sobre el Arsenal. El título a falta de ganar los partidos como local.

La clave, el Balón de Oro. Un anhelo para Mo Salah. Si los “reds” ganan la Champions será suyo, si únicamente se hacen con la Premier habrá más dudas, pero la clave estará en lo que haga el Real Madrid. Sin la Champions las opciones de Mbappè, Vinicius o Bellingham menguarán e incluso la competencia entre ellos puede dividir el voto dándole más opciones a un Mo Salah que por números no tiene igual.
Renovar o irse a Arabia. Si se va, adiós al Balón de Oro. Allí desaparece mediáticamente y es que, desde mayo, tiempo de títulos, a noviembre hay demasiado tiempo como para no olvidarse de los goles y lo diferencial de Salah en un Liverpool ganador. Este detalle juega a favor del Liverpool ya que Salah no tiene tan clara la decisión de irse sino más bien ampliar tres años su contrato; de momento, último baile. Más allá, renovación y Balón de Oro. Ese es el plan de Salah.