04h37 CEST
05/09/2025
Barranquilla (Colombia), 4 sep (EFE).- Colombia regresará a un mundial de fútbol después de haberse perdido la cita en Catar hace cuatro años y Barranquilla, ciudad que ha sido sede del combinado nacional en seis de las siete veces que ganó la plaza a la Copa del Mundo, fue testigo este jueves del nuevo logro con una victoria por 3-0 ante Bolivia.
La fiesta estaba prendida en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez desde las dos de la tarde cuando permitieron el ingreso de los aficionados que desde todas las regiones del país llegaron convencidos de que la clasificación del equipo nacional estaba a un paso.
La sensación general era que, por fin, ante Bolivia, iba a terminar la mala racha que acompañó a Colombia en las últimas seis fechas de las eliminatorias en las que no había podido ganar.
A pesar de la amenaza de lluvia sobre el sur de esta ciudad del caribe colombiano, zona donde está ubicado el estadio sede de las eliminatorias al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá, el público respondió al llamado que un día antes hizo el entrenador Néstor Lorenzo, quien invitó a todo el país a creer en la selección.
Bajo la potencia de los altavoces que antes del pitido inicial hacían subir los decibeles, todo el escenario deportivo era una fiesta a ritmo de vallenato, reguetón y salsa. En las gradas todos los que vestían la camiseta amarilla bailaban y cantaban a todo grito, como en una parranda en plena tarde septembrina.
Hasta la reina del Carnaval de Barranquilla de 2026, Michelle Char, se sumó a la fiesta. Recorrió la pista atlética y saludó a los aficionados acompañada de una legión de disfraces de garabatos y congos, haciendo presagiar que la clasificación al Mundial adelantaría el festejo popular más importante de Colombia, que es en febrero pero, que esta vez, comenzó en septiembre.
Aunque la planta baja de la tribuna norte del estadio estaba vacía debido a una sanción de la FIFA, qué dejó desocupadas 6.091 sillas, el resto del Roberto Meléndez estaba lleno hasta la bandera con más de 40.000 almas que no dejaron de gritar y apoyar a sus jugadores antes, durante y después del encuentro.
Momentos antes del inicio del juego y mientras hacían ejercicios de calentamiento se suspendió la música para que el presentador anunciara los nombres de quienes iban a saltar como titulares a la cancha.
El nombre del portero Camilo Vargas fue el primero y a medida que el locutor avanzaba en la lista aumentó lo que se sentía como un ensordecedor tremor que culminó cuando nombraron a Luis Díaz, el ídolo de la ciudad y actual estrella de Bayern Múnich alemán.
Cuando el árbitro argentino Darío Herrera señaló el fin del partido, el último de estas eliminatorias en Barranquilla en la ruta hacia el campeonato mundial del próximo año, el público alborozado no dejaba de vitorear al equipo nacional.
A pesar de que una limitada Bolivia llevó riesgo al arco de Camilo Vargas en varias oportunidades, las anotaciones de James Rodríguez, Jhon Córdoba y Juan Fernando Quintero confirmaron el deseo de todo un país, que la selección ganara, aunque sin mostrar su mejor nivel de juego.
Atrás quedaron la amargura por no ganar en seis partidos, la decepción por el bajo nivel del equipo y la angustia por la posibilidad de quedar eliminado porque, al final, lo que importa es que Colombia regresa a un mundial de fútbol.
Tras jugar los mundiales de Chile (1962), Italia (1990), Estados Unidos (1994), Francia (1998), Brasil (2014) y Rusia (2018), los aficionados ya empiezan mirar al de Estados Unidos, México y Canadá en 2026.
Por Hugo Penso Correa