13h27 CEST
25/04/2025
Madrid, 25 abr (EFE).- Míchel Sánchez, entrenador del Girona, aseguró, durante la presentación de la iniciativa ‘Save Football’, un innovador sello de calidad que busca erradicar la violencia, el racismo y otras conductas perjudiciales en el fútbol base, que “las altas expectativas” en el entorno del club que dirige, y que debutó en la Liga de Campeones esta temporada, les han “hecho muchísimo daño” en una temporada en la que actualmente están tres puntos por encima del descenso.
“Hay momentos altos y bajos y hay que saber llevarlos. Hay que tener mucha empatía con el jugador, del club conmigo, que no es tan fácil, con mi cuerpo técnico, que también lo sufre… Las altas expectativas en el Girona nos han hecho muchísimo daño. Hemos intentado controlar las que vienen de fuera, pero entran en el vestuario”, señaló el técnico.
El Girona es actualmente, con cinco partidos por disputar, 16º clasificado en LaLiga EA Sports con 35 puntos, tres por encima del descenso.
“Estoy en un momento difícil, pero en un momento precioso. Con mucha energía. He dormido poco, pero tengo energía para que el equipo salga adelante. Tengo los gemelos destrozados de ayer, parece que he jugado yo -empató a uno en casa del Leganés-. Me dormí a las 11 y me desperté a las 4 AM. Veré a los jugadores a partir del lunes para acompañarlos en este proceso tan bonito y complicado”, aseguró.
“El fin de semana no tenemos competición, he dado el fin de semana libre para intentar desconectar. A partir del lunes prepararemos el partido ante el Mallorca, con una semana por delante. Mi objetivo número uno es recuperar al jugador. Hay que empatizar, sentir cómo están. Buscaremos esa mejora anímica que necesitamos a través del cariño, amor, comprensión y el diálogo con ellos para ver cómo se sienten. En mi cabeza, más allá de la táctica, está transmitir a mis jugadores que podemos ganar ese partido y que se sientan liberados”, añadió.
Un Míchel que explicó cómo vivió el gol encajado ante el Leganés, que supuso el 1-1 en el minuto 92 tras una pérdida de balón de Danjuma, que provocó que el técnico tirase la botella al suelo de rabia.
“En el vestuario pegué cuatro o cinco gritos, pero a nivel global, no señalando. Diciendo que no nos puede pasar porque sabemos controlar esas transiciones. Se trata de gestionar la cabeza. Lo que estáis viviendo hoy, que nos sirva de experiencia porque todo este dolor nos va a valer para ganar al Mallorca. No hemos perdido dos puntos, hemos ganado uno y estamos más cerca del objetivo. Cuando yo tiro la botella ya veo el gol en contra”, dijo.
Además, Michel lamentó no haber disfrutado más la pasada temporada de los éxitos de su equipo.
“Hay que saber gestionar el éxito y el fracaso. El año pasado la presión que nos metíamos por llegar a la ‘Champions’... Yo fui al Bernabéu con la exigencia de ganar y ponerse líder. A mis jugadores les estuve apretando durante toda la semana. Y nos metieron cuatro. Hay que tener los pies en el suelo siempre. El año pasado fue un éxito tremendo y lo disfruté muy poco por la exigencia que tenía yo y la que metía al equipo. Ahora me arrepiento, ojalá pueda vivir esta experiencia otra vez”, reconoció.
Por otro lado, en relación a la presentación del sello ‘Save Football’ en la sede central de la Agencia EFE, el entrenador del Girona expresó cómo influye en la gestión de un momento complicado, como el que vive el Girona, la presión a la que están sometidas las jóvenes estrellas del fútbol actual.
“Stuani, con 18 años, no tenía la repercusión mediática y era tan bueno como, por ejemplo, Yasper Asprilla. Lleva un entorno de presión detrás de él, de redes sociales, de representación, de repercusión… Y no tiene la cultura deportiva de soportar una situación tan difícil ahora como sí tiene Stuani, que ha vivido el fútbol desde otra perspectiva. Darle tanto impacto a un jugador que sale en la tele con 15 años es algo difícil de gestionar. Hay que saber formar a ese jugador en esos momentos”, expresó.
“Por eso a todos nos apasiona ver a Lamine Yamal, que tiene 17 años y juega como si estuviera con sus amigos. Es muy difícil eso. Hay que formar a los jugadores para que tengan una salud personal y deportiva”, concluyó. EFE