Barcelona, 16 jul (EFE).- El entrenador del Espanyol, Manolo González, ha ampliado recientemente su contrato hasta el 30 de junio de 2027, una temporada adicional que se hará efectiva en caso de permanencia, consolidándose como uno de los pilares del proyecto blanquiazul tanto en el plano deportivo como en el emocional.

El técnico, nacido en Lugo hace 46 años, firmó por el Espanyol B en la campaña 2023-24 y el mismo curso, desde el 12 de marzo de 2023, se convirtió en responsable del banquillo del primer equipo. Un salto sin red o el billete del Euromillón, como él mismo ha definido públicamente.

Ascenso y permanencia en dos temporadas

Manolo González ha aprovechado la oportunidad. Cogió al Espanyol en Segunda División y logró recuperar la categoría. Ese fue su primer éxito y el que blindó su presencia en el primer equipo. Su siguiente logro fue apuntalar la categoría en la 2024-25: el bloque se salvó en la última jornada liguera.

Con los deberes hechos, la dirección deportiva ha demostrado su confianza en el preparador. Su conexión con el vestuario está fuera de toda duda. Además, trabaja para plasmar un fútbol cada vez más atractivo para el espectador ajustándose a las opciones que plantea la plantilla catalana.

Conexión emocional con la grada y el vestuario

Más allá de lo futbolístico, la continuidad de Manolo González tiene también un impacto emocional. Manolo González, reconocido periquito, está en el club de su vida. La afición le tiene en gran estima. Es, salvando las distancias, uno de los suyos y así lo traslada con sus reacciones en el campo y en rueda de prensa.

El entrenador, junto a otros activos del bloque, es el alma del Espanyol. Su presencia refuerza la apuesta por el sentimiento periquito de la dirección deportiva. La renovación del capitán Puado hasta 2030 y la llegada del centrocampista Ramon Terrats, socio de la entidad desde pequeño, rematan esta política.

Manolo González ya ha mostrado públicamente su voluntad de seguir muchos años en la entidad catalana. Pese a su clara implicación emocional, el preparador es consciente de que su futuro estará ligado a su rendimiento. Además de un perico reconocido, el técnico trabaja en su laboratorio para exprimir a la plantilla.

Un técnico marcado por sus orígenes humildes

El entrenador tiene un año más de experiencia en Primera, pero siempre recuerda sus orígenes en el fútbol modesto y destaca la gran oportunidad profesional que atesora a los mandos del Espanyol. Exige compromiso en el campo y con la camiseta tanto a los jugadores como a los miembros del cuerpo técnico y a él mismo.

Este mismo miércoles, el equipo arranca su concentración en la localidad gerundense de Navata. Manolo González afinará su propuesta y afilará a sus futbolistas para firmar el mejor estreno de temporada posible, el próximo 17 de agosto contra el Atlético de Madrid, en el RCDE Stadium.