09h37 CEST
13/09/2021
Dicho esto, el crack argentino también se animó a dejar el club porque nunca creyó en el proyecto deportivo que estaban preparando Lapota y los suyos.
Por un lado, su relación con Koeman no era brillante. Tenía buena relación pero no veía al holandés como el entrenador perfecto para levantar al Barcelona.
Por otra parte, Messi no estaba contento con los refuerzos que estaba haciendo el club. Leo quería fichajes, como siempre, y solo le pudieron traer al Kum Agüero. A Messi le faltó la ilusión de hace años y la confianza en un proyecto ganador.
Messi se va por dinero y por falta de confianza en la gestión deportiva de Laporta. Messi ha ido a su más estricto interés. Como la mayoría de los futbolistas, Leo ha pecado de egoísta.