14h27 CET
07/11/2025
Madrid, 7 nov (EFE).- El Rayo Vallecano, que tenía previsto ejercitarse este viernes a puerta abierta, comunicó esta mañana que el entrenamiento pasaría a celebrarse a puerta cerrada para preparar mejor el derbi frente al Real Madrid y aislarse del ruido generado tras el incidente ocurrido en la previa entre el entrenador, Iñigo Pérez, y el defensa Iván Balliu.
La victoria frente al Lech Poznan polaco (3-2), con remontada y un épico gol en el tiempo añadido de la segunda parte de Álvaro García, quedó empañada por el incidente ocurrido en el banquillo en el minuto 54 de ese partido. Fue cuando Balliu se tomó a mal el cambio y tuvo unas palabras con su entrenador que vieron muchos de los asistentes en directo al estadio y que también captaron las cámaras de televisión.
Iñigo Pérez no dio explicaciones del incidente porque no compareció en rueda de prensa al encontrarse indispuesto, según la versión oficial que dio el club.
La cohesión del grupo es una de las claves del éxito de este Rayo y quizá por eso los jugadores se reunieron de urgencia en el vestuario, ya sin Iñigo Pérez, para hablar de lo sucedido. “Hemos celebrado la victoria, nos hemos reunido y ya está. Cosas del fútbol”, dijo Andrei Ratiu a su paso por la zona mixta.
La realidad es que para aislar al grupo y cerrar filas, Iñigo Pérez ordenó cerrar el entrenamiento de este viernes, previsto a puerta abierta, y trabajar con tranquilidad en la primera de las dos sesiones que tiene antes de recibir al Real Madrid apenas 65 horas después de jugar con el Lech Poznan.