13h47 CEST
16/07/2025
Lausana (Suiza), 16 jul (EFE).- Cuarenta personas están pendientes de que a la selección española femenina no le falte de nada en la Eurocopa de Suiza. Entre ellos, figuras nuevas como un metre, un sexto fisioterapeuta, una persona más de seguridad y un asistente de viajes se han incorporado a una expedición en la que reina el buen ambiente después de vivir la mayor crisis del fútbol femenino español.
“No hemos podido ser solo futbolistas”, dijeron Irene Paredes y Alexia Putellas en la histórica rueda de prensa en Gotemburgo (Suecia) en la que levantaron la voz por primera vez para denunciar la situación de la selección después de que la relación con la Real Federación Española de Fútbol fuera insostenible tras el beso no consentido del expresidente Luis Rubiales a Jenni Hermoso.
Después de mantener una reunión en la primera convocatoria de Montse Tomé en Oliva (Valencia) hasta las cinco de la mañana con el Consejo Superior de Deportes y la RFEF, se creó una comisión mixta en base a los acuerdos acordados. Casi tres años después del conflicto de ‘Las 15’ que estalló tras la Eurocopa de Inglaterra 2022 y que se acentuó tras la final del Mundial de 2023, las condiciones de España en la Eurocopa de Suiza son totalmente diferentes.
Con Reyes Bellver a la cabeza como directora de fútbol femenino desde principios de año bajo la presidencia de Rafael Louzán, las futbolistas solo tienen que encargarse de lo que mejor saben hacer: jugar a fútbol. De pasar penurias a no preocuparse por nada. La abogada especializada en derecho deportivo llegó para desarrollar e impulsar el fútbol femenino, pero no solo ha llegado ella, España cuenta con una numerosa expedición que rodea a las 23 convocadas en busca del único título que les falta.
“Ha cambiado todo radicalmente a nivel de condiciones, viajes, alimentación o entrenamientos. Todo lo que nos ayuda a ser mejores. Es de nivel de un equipo masculino ‘top’. Es algo increíble, que ha costado mucho y con el trabajo de muchísima gente”, expresó Alexia Putellas antes de poner rumbo a Lausana, el campamento base de la selección.
Sin escalas interminables ni viajes largos en autobús a deshoras, España llegó en un vuelo chárter al país helvético donde están alojadas en el Royal Savoy, un hotel de lujo con cinco estrellas a las orillas del Lago Lemán en el que se alojó la Reina Victoria Eugenia en el exilio tras la proclamación de la II República, y entrenan en el complejo deportivo Juan Antonio Samaranch, que cuenta con unas instalaciones de alto rendimiento avaladas por UEFA.
En el lujoso hotel cuentan con tres salas de máquinas y recuperación con tecnología de vanguardia en tratamientos hiperbáricos, crioterapia de cuerpo entero y fotobiomodulación que optimizan el rendimiento. No tiene nada que ver con lo que ocurrió en el Mundial, cuando tuvieron que cambiar de concentración en Palmerston North (Nueva Zelanda) y trasladarse a Wellington en pleno desarrollo de la fase inicial del torneo en busca de un hotel y unas instalaciones mejores.
A la figura de la nutricionista que se incorporó en el pasado Mundial se ha unido un metre de sala, que ve todo lo que necesita el equipo en las comidas y se lo transmite al chef de la selección. Es el encargado de que todo esté a punto y de dar salida a todas las solicitudes de las jugadoras.
En la organización de los viajes hay hasta tres personas para ayudar en la logística y los desplazamientos. También hay una persona encargada de marketing, otra de ticketing y otra de ‘fan experience’. En comunicación hay hasta seis personas. Y esos cambios se han visto reflejados en el buen ambiente.
“El equipo tiene una energía muy positiva y un clima profesional que nos permite trabajar bien. Las capitanas aportan liderazgo y son un ejemplo; las jóvenes traen alegría y valentía. Eso nos beneficia a todos”, aseguró Montse Tomé en los primeros días del torneo.
A lo que Jana Fernández añadió: “Se respira un ambiente fantástico. Todo el mundo se lleva bien, tanto entre jugadoras como con el cuerpo técnico. Somos compañeras y, muchas, amigas. Estamos juntas en los buenos y malos momentos”. Ya consiguieron ganar un Mundial entre el mal ambiente y unas mejorables condiciones. Ahora, mejor que nunca, van a por la Eurocopa.
Paula Lerín