20h57 CET
24/11/2024
Leganés (Madrid), 24 nov (EFE).- Kylian Mbappé estuvo las dos semanas del parón internacional en Madrid. Por segunda ocasión consecutiva, fuera de una convocatoria de Francia. Recuperar su mejor estado de forma, ese que no ha alcanzado aún como madridista, era su gran objetivo, empezando por mejorar de cara a puerta, como hizo en Leganés, dando la razón a su técnico.
“Mbappé ha mejorado su condición y ojalá contra el Leganés pueda mostrar todas sus calidades, que son muchas. La mala racha la han pasado todos los grandes delanteros. Pero a Mbappé le veo motivado y feliz de entrenarse, estar con los compañeros… la racha va a acabar antes o después y estoy convencido de que mañana terminará la racha de no marcar goles. Tiene una calidad descomunal y antes o después la va a mostrar”, dijo Ancelotti en la rueda de prensa previa a visitar Butarque.
Dicho y hecho. Tras volver a caer en fuera de juego -ocho veces en el pasado clásico ante el Barcelona en una de sus peores noches- en el minuto 10 y ver cómo le anulaban un gol, Mbappé se redimió.
36 días sin marcar gol, con parón internacional incluido. Lapso de tiempo con cuatro partidos en los que disparó en 25 ocasiones, diez a puerta. Sin anotar.
16 días y un cambio de opinión de Ancelotti
Las dudas de Mbappé en su inicio como madridista se acrecentaron en las dos derrotas del Real Madrid, ante el Barcelona (0-4) y el Milan (1-3), en dos noches en las que el galo estaba llamado a ser ese jugador diferencial que fichó el conjunto blanco tras siete intentos.
Sin embargo, no fue así y su nivel estaba lejos de aquel que era dominante en Europa. Intrascendente, desapercibido y fallón; así estaban siendo los inicios. A pesar de haber marcado 8 goles -3 de penalti- en 18 partidos -hasta el de Leganés-, a Kylian se le pedía más.
En el análisis de su mal momento, apareció del debate sobre su posición en el terreno de juego. Desde que llegó al Real Madrid, Mbappé ha ejercido de ‘9’, alejado de una banda izquierda que siempre ha sido su favorita y que estaba ocupada por Vinícius Junior.
Y es que Mbappé llegó a un Real Madrid con ‘Vini’ como líder. La figura. Se lo ganó en las últimas temporadas. Tanto que era el gran favorito para ganar un Balón de Oro que no fue tal -se lo llevó Rodri- y que hizo que el galo tuviera que adoptar un papel ‘secundario’.
No todo el fútbol giraba alrededor suyo. Nuevo equipo y nuevos automatismos. Y se planteó una solución: devolverle a la banda izquierda y colocar a Vinícius como falso ‘9’, en un lugar que ocupó con éxito la pasada temporada y también en esta, pero siempre con Rodrygo en el campo y nunca con Mbappé.
Sin embargo, Ancelotti se mostró reacio a ello el pasado 8 de noviembre. Además, tajante con que Vinícius era el líder.
"No he querido cambiar la posición del jugador que marca la diferencia (Vinícius). Mbappé tiene las características para jugar de delantero. No quiero cambiar esto", aseguró.
En una declaración de intenciones que cambió 16 días después. En Butarque, Mbappé jugó partiendo desde el costado izquierdo y Vinícius con libertad por dentro. Y el francés fue más protagonista; estuvo más liberado.
Un cambio de posición que no sentó mal a Vinícius, o eso demostró en el campo. Por su juego y por asistir a Mbappé en el 0-1 en un pase que dejó al galo solo para definir a placer, en la que es la primera asistencia de ‘Vini’ para Kylian esta temporada.
Conexión Vinícius-Mbappé que funcionó intercambiando posiciones en el campo, en una idea que podría repetir Ancelotti en un partido de gran importancia: la visita al Liverpool el miércoles en la ‘Champions’.
Óscar Maya Belchí