Sin Messi no hay paraíso
Guardiola es un enseñante, un profesor de fútbol. Sus equipos triangulan, buscan el tercer hombre y se mueven con una sincronización ofensiva que ha marcado un antes y un después en la historia del fútbol. La exaltación de la táctica ofensiva donde la toma de decisiones viene condicionada por el rival y la preparación previa en los entrenamientos es el punto de partida de los equipos cuando antes todo pasaba por la portería a cero y la defensa antes que cualquier otra cosa. A niveles de rendimiento le falta Messi. Guardiola, sin el argentino, no ha sido capaz de mandar en Europa. Contra el Real Madrid, otra oportunidad. ¿la última?
El balón no es del City
Más directos, más verticales. Con menos toque y sin el dominio de temporadas anteriores. El Liverpool, con un marcado estilo voltaico, dio más pases que el City en la fase de grupos pese a estar en un grupo con rivales de más nivel. Los de Klopp dieron más pases de conservación – entregas en propio campo – que el City como también dieron más en la elaboración del juego. Los de Guardiola sólo ganaron en el último pase, veintiocho contra los veinticuatro de los de Klopp. Mutación del estilo.
El regreso de Laporte
Aymeric era el mejor central del City hasta su lesión. Su salida de balón en corto y en largo, su mejora defensiva le daba seguridad y un primer pase de superioridad en ataque al equipo. Sin él, caída del rendimiento colectivo. Stones no alcanza ese nivel y tampoco una regularidad ya que las lesiones no le permiten una continuidad. Sin centrales – Laporte y Stones están fuera – no se puede jugar sobre todo cuando el tercer central es un Otamendi distanciado del técnico desde el año pasado. El argentino pasó de ser Dios y ejemplo para Guardiola a quedar apartado por el propio técnico. De locos. Sin Laporte y sin rendimiento en el lateral izquierdo el favoritismo es para el Madrid.